martes, marzo 07, 2006

Leyendas

Hoy todos tienen un blog y yo no seré la excepción, aunque no me lleve bien con las modas. Para dar comienzo a mi blog, hablaré de las leyendas, esas historias de procedencia dudosa y de poca confiabilidad que todos alguna vez hemos escuchado y que generalmente comienzan con: El hermano de un amigo...
La siguiente leyenda me la contaba mi abuelo, a él se la contaron unos amigos suyos, los cuales son protagonistas de esta historia.
Todo comienza en una calurosa tarde de verano, estos dos hombres cuyos nombres no recuerdo, caminaban rumbo a sus casas después del arduo trabajo del campo. Hace tiampo la gente solia caminar grandes trechos de rancho a rancho por largas veredas hechas por la misma gente de los pueblos, veredas tan viejas como solo ellas lo sabrán.
Caminaban rápido, no querían que se hiciera muy noche porque se sabía que habia Yaquis que asaltaban a la gente y generalmente los mataban después de tomar lo que les interesaba, de pronto, uno de ellos escuchó un susurro justo detras de una de sus orejas, una voz como de anciano que decía: ¡Aqui esta, aqui esta!.
Claramente se dustinguía que no era la voz de su compañero, asi que se detuvo y le preguntó si había escuchado lo mismo, a lo que aquel contestó negativamente.
Después de pensar en lo sucedido, llegaron a la conclusión de que probablemente habría algun tesoro por allí enterrado y el fantasma quería que lo hallasen, asi que formron un bulto con piedras para marcar el lugar donde aquella voz les había indicado para poder volver al dia siguiente y desenterrarlo.
Al dia siguiente volvieron con palas y picos y comenzaron a excavar, pero no encontraban nada, despues de algunas horas ya estaba oscureciendo pero habían hecho un hoyo profundo, como de metro y medio asi que decidieron continuar.
Mientras uno de ellos estaba cavando con la pala y de pronto sintió que le jalaban el pantalon hacia un lado, primero penso que sería una raiz, así que solo sacudió la pierna y prosiguió con lo que hacía, pero esto se volvió insistente, entonces volteó y no habia nada, volteó para buscar a su compañero y éste estaba arriba tomando agua. Entonses pensó excabar cerca de donde le jalaban el pantalón pero de pronto se escucho un estruendo muy fuerte, como si un tren se hubiese volteado, del miedo los dos se hecharon a correr y jamás volvieron a intentarlo.
Conclusión.
He escuchado muchas historias de tesoros en las que cuando estan cerca de encontrarlo se aparecen o escuchan cosas para ahuyentar a los que se atreban a interrumpir el descanso de quienes cuidan estos tesoros. Posiblemente el tesoro era para ellos pero tenían que superar la prueba.

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